Los primero Juegos Olímpicos tuvieron lugar en el año 776
a.C. duraban únicamente seis días y constaban de pocas pruebas deportivas:
combates, carreras hípicas y carreras atléticas entre los participantes. Aunque
no fueran los actuales Juego Olímpicos, sí empezaban a tomar forma de lo que
conocemos.
Ya en el siglo XIX se utilizaban las competiciones a modo
de deporte y guerra entre los pueblos vecinos, en deportes que podrían
considerarse en ambos sentidos, como son el tiro con arco o el esgrima. En
Inglaterra, en cambio, surgieron deportes en los cuales no luchabas únicamente
contra tu adversario, sino que también entraba en juego la lucha contra los
medios naturales, como podían ser el agua o el viento, dando lugar a deportes
como las regatas o la vela, además de otros también actuales como el rugby.
A lo largo del siglo XX se fueron consolidando los
deportes ya existentes hasta el momento, y se fue ampliando el rango de
deportes conocidos, como el fútbol, el waterpolo o el tenis de mesa.
Los primeros Juegos Olímpicos, tal y como los conocemos
en la actualidad, tuvieron lugar en Grecia en el año 1892, en la pequeña ciudad
de Olimpia. Se organizaban, como ahora, cada cuatro años, y en ellos se
desarrollaban todas las prácticas deportivas conocidas hasta ese momento.
Permitía enfrentar a gran diversidad de deportistas, que cada vez fueron creciendo
y empezó a surgir el deporte profesional a medida que se extendían las
disciplinas y el deporte iba tomando popularidad en la sociedad.+
Los Juegos Olímpicos nacieron en Olimpia con un carácter
sagrado; se trataba de festivales dedicados al dios Zeus dentro de un recinto
religioso. En ellos surge una incipiente conciencia nacional de tipo
panhelénico que se conserva a través de los siglos. En estos festivales se
unían a la religión las pruebas deportivas, la música y certámenes literarios
para honrar a los dioses de la antigüedad. Ánfora con atleta
Los primeros Juegos Olímpicos de que se tiene constancia
tuvieron lugar en el 776 a.C. y desde entonces se fueron sucediendo cada cuatro
años hasta el 393 d. C., fecha en la que el emperador romano Teodosio decidió
suprimirlos por su carácter pagano. La suma total es de 293 Olimpíadas, es
decir, numerosas ocasiones en las que los griegos acordaron renunciar a la
guerra para encontrarse con el objetivo de rendir culto a los dioses del Olimpo
midiendo sus fuerzas de manera pacífica y reglamentada. En Grecia no eran los
únicos certámenes, pero tan importantes fueron éstos que se convirtieron en el
punto de partida del calendario heleno.
Siempre se celebraban durante la segunda o tercera luna
llena después del solsticio de verano. Meses antes de su comienzo los heraldos
recorrían las ciudades anunciando la fecha de su comienzo, seleccionando cada
ciudad sus representantes. Un mes antes comenzaba la tregua sagrada durante la
cual se paralizaban todos los conflictos bélicos; teniendo en cuenta que si se
violaba esta paz, no se podía volver a participar.
Quienes acudían a Olimpia durante aquellos días eran
espectadores y protagonistas del mayor espectáculo de la Antigua Grecia. Uno de
los momentos más importante de los Juegos se producía al comienzo del festival
con la hecatombe o sacrificio de cien bueyes en honor a Zeus justo delante de
su templo y el momento culminante era el final de las competiciones con la
coronación de los vencedores al final de los juegos con una corona de olivo;
éste era el único premio que recibían allí, pero luego en sus ciudades recibían
todo tipo de honores.
Los participantes eran exclusivamente hombres libres que
no hubieran cometido ningún crimen. Las mujeres no podían participar como
deportistas e incluso las mujeres casadas ni como espectadoras porque los
atletas competían desnudos.
Durante 11 siglos, Olimpia se convirtió en el eje del
deporte mundial y punto de referencia para los juegos de la posteridad.
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